Cómo afecta la erosión hídrica a la calidad del suelo agrícola

Desde la aparición de los fertilizantes químicos en la revolución verde, el suelo es el gran olvidado en la agricultura. A veces, parece que sea un mero sustrato donde las raíces puedan desarrollarse. 

La sostenibilidad económica y ambiental de nuestra explotación depende en gran parte de la calidad de nuestro suelo. Un suelo fértil y equilibrado aumenta considerablemente las producciones y reduce las enfermedades y otras patologías. 

En este post vamos ha hablar de la erosión hídrica del suelo, un tema muy frecuente en la mayoría de explotaciones y que afecta muy negativamente a la hora de conservar y cuidar nuestro suelo. 

¿Qué es la erosión hídrica?

La erosión hídrica del suelo es un proceso ocasionado por el agua de lluvia o de riego que provoca una escorrentía de tierra en nuestros campos y como consecuencia de ello una pérdida de fertilidad, de materia orgánica y de suelo. 

En días de tormentas es muy habitual ver ríos, caminos y balsas llenas de agua turbia de color marrón. El color marrón se debe a la tierra mezclada con el agua. Es tierra que había en campos y caminos y que debido a la erosión causada por el agua se ha perdido río abajo. 

El suelo agrícola fértil es fruto de miles de años de formación. Se calcula que cada año se pierden 500 millones de toneladas de suelo agrícola fértil en España. Toda esta enorme cantidad de suelo ya es irrecuperable. 

Erosión y pérdida de fertilidad del suelo

Tal y como hemos comentado, la erosión hídrica del suelo está estrechamente relacionada con la pérdida de fertilidad de nuestro suelo. 

Las capas más fértiles del suelo son las que se encuentran más a la superficie, es decir, en los primeros 25-30 cm de profundidad. En esta capa de suelo es donde se acumula más materia orgánica, donde hay más oxígeno y microorganismos que ayudan a transformar la materia orgánica en minerales asimilables por las plantas. 

Cuando en pleno verano tenemos el suelo totalmente labrado o descubierto y cae una tormenta, la tierra que se erosiona es la que está más a la superficie, y por lo tanto la capa de suelo más fértil. Es por este motivo que una de las consecuencias de la erosión hídrica  es la pérdida de calidad y fertilidad de nuestra explotación agrícola. 

Proceso de erosión hídrica

La erosión hídrica del suelo se produce de dos formas que están estrechamente relacionadas: 

• Impacto de las gotas de lluvia: cuando llueve con intensidad, si las gotas de lluvia caen con fuerza sobre un suelo descubierto producen erosión por lluvia. 
• Arrastre de un caudal de agua: cuando llueve, se forman pequeños ríos de agua en los campos que arrastran partículas de suelo (tierra). 

Trucos para evitar la erosión hídrica del suelo en nuestra explotación 

Hemos visto los tipos de erosión hídrica y la importancia de conservar y cuidar nuestro suelo para no perder fertilidad. Para no perder toneladas de suelo agrícola fértil años tras año, vamos a ver qué podemos hacer para prevenir la erosión hídrica del suelo en nuestra explotación.

Suelo permanente o semi permanentemente cubierto  

Un suelo descubierto es el factor principal que hace que en nuestra finca tengamos erosión hídrica del suelo. Un suelo labrado o trabajado que quede totalmente descubierto durante tiempo es un suelo muy vulnerable a las erosiones hídricas, al calentamiento y a la pérdida total de fertilidad y de microorganismos. 

Se recomienda mantener siempre el suelo cubierto, o el máximo de tiempo posible. Por ejemplo, en el caso de cultivos extensivos, si cosechamos el trigo en verano y no sembramos hasta mediados de octubre, dejar el suelo cubierto del rastrojo y trabajarlo justo antes de la siembra. 

Siembra directa

La siembra directa es un tipo de siembra de cultivos extensivos que permite sembrar ajustadamente en el suelo sin la necesidad de labrar ni de mover la tierra. Este tipo de siembra reduce enormemente la erosión hídrica del suelo y aumenta el porcentaje de materia orgánica del suelo. 

Cubiertas vegetales

En cultivos frutales, es muy habitual labrar y mantener el suelo totalmente descubierto entre líneas de árboles. Una práctica cada vez más extendida es la siembra de cubiertas vegetales permanentes entre líneas de árboles. 

Las cubiertas vegetales evitan el impacto directo de la lluvia con el suelo y evitan enormemente la erosión hídrica del suelo. Además, se pueden sembrar leguminosas u otras plantas que nos aporten nitrógeno y aumenten de forma natural la fertilidad de nuestro suelo. 

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