Importancia del color del suelo agrícola en los cultivos

Cuando hablamos de agricultura entre los agricultores los temas más comentados habitualmente son de maquinaria, tractores, herramientas de trabajo, tecnología satélite, variedades de semillas, productos fitosanitarios etc…Aunque todos estos temas són de importancia en el sector, no es tan habitual hablar con frecuencia de uno de los factores que probablemente tenga más repercusión en los cultivos y su rentabilidad: la importancia del color del suelo agrícola. 

En este post vamos a hablar de la importancia del suelo agrícola: desde los tipos de suelo agrícola hasta como determinar, a simple vista, la calidad de nuestro suelo mediante el su color y textura.

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¿Cuál es la importancia del suelo agrícola?

El suelo agrícola es fundamental para que un cultivo nazca, crezca, se desarrolle y produzca un rendimiento. Aunque a veces parezca que el suelo es puramente una estructura física para que las plantas se sustenten, es de una gran importancia en la rentabilidad de los cultivos. 

En el suelo es donde se almacena el agua de lluvia que necesitan las plantas para desarrollarse. El agua se almacena mediante los poros que hay entre las partículas de tierra. En estos poros entra aire atmosférico y por lo tanto, oxígeno. 

También es el lugar en que progresan las reacciones físico químicas de los nutrientes y minerales indispensables para el crecimiento celular de los cultivos. Estas reacciones son producidas principalmente por bacterias que viven y se alimentan de la materia orgánica que aplicamos en el suelo. 

De ahí la importancia del color del suelo y otros aspectos fundamentales para la fertilidad de nuestra explotación y en consecuencia, de los rendimientos. 

Si quieres realizar un buen análisis, no te pierdas nuestra guía práctica para el análisis de suelos agrícolas. 

Tipos de suelo agrícola

La ciencia que estudia la importancia del suelo en la agricultura es la edafología. Esta disciplina ha clasificado el suelo en cuatro tipos de suelos: 

• arcillosos
• francos
• arenosos
• limosos

Esta clasificación parte de la base de la cantidad de espacio poroso (aire) que hay en el suelo como consecuencia del tamaño de las partículas de tierra. Cuanto más grandes sean las partículas de suelo, más espacio poroso habrá y menos agua se almacenará. Por el contrario, menos espacio poroso, es igual a menos aire pero más agua. Veamos qué características texturales tiene cada uno. 

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Suelos arcillosos

Los suelos arcillosos presentan un color del suelo con tonos rojos o anaranjados. Son suelos ricos en materia orgánica. 

Se caracterizan por su capacidad de retener el agua, la humedad y los nutrientes. En este sentido, su principal problema es el encharcamiento y la compactación del suelo, ya que no hay apenas espacio poroso y por lo tanto aire. 

Actualmente, con la maquinaria pesada o con el pastoreo de animales, los suelos muy arcillosos necesitan de una descompactación mediante el arado o la subsolación para romper el suelo y formar poros de aire. 

Otra forma de descompactar el suelo y aumentar su espacio poroso es mediante el cultivo de especies con raíces pivotantes. Este tipo de raíces crecen verticalmente hacia abajo descompactando las diferentes capas del suelo. 

Aportar grandes cantidades de materia orgánica con estiércol es una forma de cambiar la estructura del suelo permitiendo que haya más espacios porosos. 

Suelos arenosos

Los suelos arenosos vendrían a ser el contrario de un suelo arcilloso. El color del suelo arenoso principalmente pasa por los tonos claros, de marrón pálido, habitualmente. 

El tamaño de las partículas de tierra es muy grande y en consecuencia permite mucho espacio poroso (aire). Esto hace que las plantas siempre tengan disponibilidad de oxígeno, no se encharque agua ni se compacte el suelo. 

El principal problema del suelo arenoso es la falta de minerales, nutrientes y agua, ya que el agua de lluvia se filtra hacia abajo. 

En los suelos arenosos se recomienda aportar una gran cantidad de estiércol y nutrientes, ya que son suelos pobres por sus características edáficas descritas anteriormente. En el cultivo de extensivos, frutales y vid, se recomiendan variedades con raíces pivotantes, para que puedan explorar una superficie vertical más amplia, donde haya más humedad. 

Suelos limosos  

Los suelos limosos son un tipo de suelo formado por partículas de tierra arrastradas por el agua de lluvia, los ríos y el aire. 

El color del suelo limoso es de tonos oscuros y negros, ya que son muy ricos en materia orgánica. Es un tipo de suelo que se compacta con facilidad, aunque no tanto como los suelos arcillosos. 

Su principal característica es su fertilidad. Habitualmente se encuentran en campos cerca de ríos o deltas.  

Suelos francos

Hemos hablado de la importancia del suelo y de sus tres principales tipos de suelo. El cuarto tipo de suelo, es el denominado suelo franco. Es un suelo que engloba los tres tipos de suelo anteriores, ya que está compuesto de arcilla, arena y limo. Este suelo viene a ser el tipo de suelo ideal de forma general para la agricultura. 

¿Cómo puedo saber qué tipo de suelo agrícola tengo?

Hemos visto qué tipos de suelo hay. No obstante, las características geológicas y climáticas de cada zona hace que no haya suelos uniformes sino que habitualmente son suelos con diferentes propiedades. Por ejemplo, hay suelos que pueden ser francos con una concentración más alta de arcilla, por lo que se denominan suelos franco arcillosos. 

Para saber el tipo de suelo que tienes, y determinar sus cualidades y defectos puedes optar por dos vías:

Inspección Visual del suelo

La vía visual, es decir, a pie de campo, nos puede indicar qué tipo de suelo tenemos en nuestros campos. Como hemos comentado anteriormente, no hay que olvidarse de la importancia del color del suelo para determinar el tipo de suelo que tenemos. Los colores claros tienen tendencia a las arenas, los rojos a las arcillas y los negros a los limos. 

Por otra parte, la textura del suelo también nos ayuda a saber qué tipo de suelo trabajamos. Si mojamos con agua el suelo, y podemos formar bolas y churros sin que se rompan, estamos delante de un suelo arcilloso. Si por el contrario, no podemos formar ningún tipo de figura, porque se rompe al intentarlo, se trata de un suelo arenoso. 

Finalmente, el suelo limoso, es aquel que al mojarlo nos permite formar bolas o churros pero se desmenuzan con facilidad.

Tanto la importancia del color del suelo, como de la textura, son características generales que nos pueden ayudar a tener una idea de nuestro tipo de suelo, teniendo en cuenta que siempre hay términos medio.

Analítica del suelo agrícola

La vía analítica es la forma exacta de saber el tipo de suelo y sus propiedades. Consiste en recoger varias muestras de suelo de una parcela, de diferentes partes de la parcela y en diferentes capas de suelo (superficie, primeros 20 cm, 40 cm…). 

La analítica nos determinará el tipo de suelo que tenemos y también la cantidad de nutrientes y materia orgánica disponible. Es muy recomendable hacer analíticas del suelo cada 2 o 3 años por tal de ir mejorando su fertilidad.

También es importante medir el ph de la tierra para establecer el grado de acidez o salinidad del suelo. 

¿Cómo puedo gestionar de forma global mi explotación?

El control analítico y del tipo de suelo, la maquinaria, las tareas, los tratamientos fitosanitarios, el personal de trabajo, etc…son solo ejemplo de los muchos factores que una explotación agrícola profesional debe controlar. 

Actualmente es posible gestionar con un solo programa y desde un móvil una o varias explotaciones agrícolas. Agroptima es un programa pensado por y para agricultores. Con agroptima podrás tener al día un control absoluto de tu explotación, del cuaderno de campo oficial y de los costes y beneficios de tu empresa. 

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