Equipos para la aplicación de productos fitosanitarios
El empleo de plaguicidas o productos fitosanitarios en la actualidad ha permitido contar con una mayor producción agrícola y garantizar al mismo tiempo una calidad acorde con las necesidades alimentarias de la población mundial. La elección del producto adecuado así como los métodos y equipos necesarios, son claves a la hora de contar con un rendimiento óptimo de la tierra.
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¿Qué métodos se emplean para aplicar los productos fitosanitarios?
Dependiendo del vehículo utilizado, los productos fitosanitarios pueden ser aplicados de manera gaseosa, sólida o líquida, siendo esta última la más utilizada por sus ventajas a la hora de dosificar el producto y manipularlo.
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Para aplicar el plaguicida se utilizan técnicas como la pulverización, la distribución de cebos, junto al agua de riego, o bien fumigando en forma de gas o espolvoreando el producto fitosanitario a través de una corriente de aire que distribuye el líquido.
Pulverizadores
Las máquinas utilizadas para esta técnica se encargan de diluir el producto en el agua y expulsarlo al exterior, pudiendo abarcar una mayor área de cultivo con una proporción entre 500 y 1300 litros por cada hectárea aproximadamente.
Además de la pulverización neumática, centrífuga, térmica y electrostática, la pulverización hidráulica es una de las más utilizadas y utiliza una bomba de riego que permite graduar el diámetro de las gotas desde las 50 micras (aerosol) hasta rebasar las 400 micras (pulverización gruesa).
Nebulizadores neumáticos
Son conocidos por la emisión de gotas extremadamente finas, produciendo una especie de niebla que actúa bajo la acción del aire (a una velocidad entre 80 y 160 m/s). Las máquinas en este tipo de técnicas no requieren de boquilla, pues mediante los efectos de la presión garantizan un buen alcance de los cultivos y facilitan un mayor trayecto del producto fitosanitario.
Nebulizadores térmicos
Similar a la nebulización neumática, esta técnica se basa en el uso de una fuente de calor para obtener un tamaño mucho menor de las gotas de agua (10 a 50 micras). Evidentemente, el efecto sobre los vegetales es mucho más abarcador, pues la niebla se obtiene a partir de la evaporación de las gotas, las cuales se condesan al salir al exterior.
Atomizadores
Su funcionamiento se basa en la diferencia de presión que toma lugar en la boquilla de la máquina. Posteriormente, una corriente de aire se encargará de esparcir las gotas, interviniendo además en el tamaño de las mismas (desde las 100 hasta las 400 micras). La circulación del aire favorece además una mayor penetración, además de evitar la deriva y la evaporación de los productos fitosanitarios.
Espolvoreadores
Como su nombre indica, estas máquinas esparcen el producto en forma de polvo, apoyándose en una masa de aire que distribuye la sustancia correctamente sobre los cultivos. Aunque se trata de una técnica que acarrea problemas en cuanto a su almacenamiento y presenta poca adherencia a los vegetales, también debemos destacar que resulta muy eficaz para los lugares con poco acceso de agua y es muy fácil de ejecutar.
Pulverización centrífuga
Mediante un proceso de centrifugado, las gotas del producto pueden ser depositadas sobre el cultivo, generalmente a través de vehículos aéreos. El pulverizador centrífugo utiliza un sistema de aspas que giran hasta las 4000 rpm, pudiendo regular además el diámetro de las gotas entre las 50 y 100 micras.
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