Vallico resistente: estrategias para combatirlo
Muchos agricultores estáis preocupados por la aparición de resistencia a los herbicidas en muchas malas hierbas. El vallico o lolio es una de las malas hierbas en las que han aparecido más resistencias a distintos herbicidas y por lo tanto también es una de las malas hierbas que más problemas da a los agricultores. Hoy vamos a hablar del vallico resistente y las estrategias para combatirlo.
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Vallico resistente: estrategias para combatirlo
En el vallico se ha detectado resistencia a herbicidas de amplio espectro como el glifosato. En algunos casos también se aparecen resistencias a herbicidas selectivos de postemergencia tanto del grupo A, como de los grupos B y C. Es importante tener en cuenta la resistencia cruzada ya que si el vallico presenta resistencia sobre una materia activa de un grupo tendrá también resistencia sobre materias activas del mismo grupo.
¿Cuál es la causa del vallico resistente?
La presencia de vallico resistente se debe a diversas causas. En general, aparece por un uso continuado del mismo herbicida o de herbicidas con un modo de acción parecidos (herbicidas del mismo grupo). Por selección natural las plantas que de forma natural presentan resistencia se seleccionan con la continua aplicación y se reproducen hasta que toda la población de vallico es resistente.
Pero también existe otra causa de resistencia: la aplicación en dosis bajas. Las dosis bajas debilitan la planta sin llegar a matarla. Esto hace que el vallico desarrolle métodos para resistir al herbicida. Creándose así resistencias.
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¿Cómo combatir el vallico resistente?
Cambiar la materia activa: una solución a medias
Hay varias materias activas que controlan correctamente al vallico. Además del glifosato, que es de amplio espectro, existen materias más específicas. El prosulfocarb y el flufenacet son dos materias activas pertenecientes a grupos químicos a los que el vallico no ha desarollado resistencia aún. Por eso son buenas opciones para combatir vallico resistente.
Lo ideal es realizar una rotación entre estas materias activas. Cuando aparecen resistencias a una materia activa el abanico de posibilidades lentamente se reduce. Hay agricultores que prácticamente ya no pueden controlar el vallico con ninguna materia activa permitida. Por eso cambiar de materia puede ser una solución pero es mejor si se combina con otra acción.
Labrar: la solución tradicional
El vallico tiene una semilla muy pequeña y poco duradera. Si se entierra en profundidad no germina. Además, solo es viable durante dos o tres años. Por este motivo una forma muy recomendable para terminar con el vallico resistente es labrar en profundidad, con un arado de palas, cada dos o tres años.
Rotación de cultivos
Hacer rotación de cultivos tiene muchísimas ventajas. Y una de ellas es el control de malas hierbas resistentes. Las rotación con forrajeras (avena forrajera, ray-gras, mezclas pratenses) es una de las mejores estrategias para eliminar vallico resistente mediante rotación. Al tratarse de forrajeras se puede tolerar la presencia de vallico, especialmente si se trata de ray-gras que es un cultivo muy parecido a esta mala hierba. Además, como las forrajeras se siegan antes de granar se evita que se reproduzca el vallico.
La rotación con colza u otro cultivo de hoja ancha es también una buena solución. Estos cultivos permiten usar materias activas distintas a los de los cereales para el control del vallico. En general, el vallico no es resistente a estas materias activas como la propizamida por lo que se puede controlar bien. Además, al introducir rotación de cultivos también se realiza rotación de materias activas y se evitan nuevas resistencias futuras.
Falsa siembra: engañar al vallico
Otra forma de control cultural del vallico es realizar falsas siembras. Estas consisten en preparar el terreno como si se fuese a sembrar, con un pase o más de cultivador después de las primeras lluvias de otoño. Así se impulsa al vallico y otras malas hierbas a germinar.
Una vez germinadas se pueden eliminar con un herbicida total o, en casos de grandes resistencias, con labores de suelo. Si se opta para labrar el suelo sin aplicar herbicida se tiene que hacer más de un pase ya que el vallico vuelve a enraizar muy fácilmente.
La falsa siembra es más eficaz si se combina con una siembra tardía. De finales de noviembre e incluso hasta enero. De esa forma gran parte del vallico ya ha nacido y se ha podido eliminar, de un modo u otro, antes de la siembra.
Como ves, es posible controlar el vallico resistente aunque lo mejor es tratar de evitar la aparición de estas resistencias. Para evitarlas es básica la rotación de cultivos y materias activas de diferentes grupos. Si quieres más información sobre la resistencia de las malas hierbas a herbicidas puedes consultar este artículo del blog de Agroptima.
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